La atleta de 400 metros Aauri Bokesa celebrando una victoria

La atleta de 400 metros Aauri Bokesa / Fotografía de Jesús A. Orihuela (@jesus.a.orihuela)

Aauri Bokesa: “Una competición donde no rindas como querías no puede tirar todo el trabajo por la borda”

Aauri Bokesa (Madrid, 1988) es ejemplo de esfuerzo y superación, pero también de aprendizaje. La atleta madrileña comenzó su carrera profesional desde muy joven jugando al baloncesto.

A los 20 años dejaba este deporte para dedicarse únicamente al atletismo, disciplina que se cruzó en su camino por casualidad y que le ha permitido cumplir su sueño de ser olímpica, hasta en tres ocasiones (Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021).

Comunicativa, risueña y siempre predispuesta a debatir sobre temas importantes como el racismo o la salud mental, Aauri nos habla hoy sobre su carrera y a cómo ha aprendido a disfrutar de una competición, aunque el resultado no sea el esperado.

1. Aauri, has sido jugadora de baloncesto y en la actualidad eres atleta y también trabajadora social. ¿Qué te motivó a estudiar esta carrera?

Primero empecé empresariales. Cuando jugaba en el Estudiante, la universidad U.N.E.D de Madrid tenía convenio con el club y, bueno, empecé becada y estuve dos años haciendo empresariales, que terminé dejando. Luego, pensando un poquito en mi forma  de  ser, en las cosas que me gustan… me metí en trabajo social. No fue mi primera elección, pero sí siento que es algo vocacional, aunque no lo supiese desde el principio, porque me gusta mucho.

Tengo muchas ideas de proyectos en mente. Ahora estoy investigando sobre trabajo social desde el ámbito del deporte, y es un poco unir mis dos pasiones: ayudar a las personas que están en una situación de dificultad o desventaja social y hacerlo con el deporte, que puede ser una herramienta muy poderosa si se utiliza de la manera adecuada.

2. ¿Nos puedes comentar un poco más acerca de este proyecto que une deporte y trabajo social llamado ‘DXT para la vida’ ?

Hace siete años del proyecto DXT para la vida. Es un proyecto de educación en valores a través del deporte para niños que están en acogimiento residencial. Este proyecto fue mi Trabajo de Fin de Grado y, cuando lo terminé, hablé con la Agencia Española de la protección de la Salud en el Deporte (AEPSAD), con el exdirector, Enrique Bastida, le gustó mucho la idea y decidieron financiar el proyecto. Hemos llegado a tener hasta cinco centros de acogimiento.

Yo me encargo de la gestión, la coordinación y la evaluación del proyecto, y lo que hacemos es contratar a un educador deportivo. Le ponemos este nombre porque no es un entrenador; su principal objetivo es ayudar en la educación de los menores, pero a través del deporte, que es la excusa.

Trabajamos varios niveles: el respeto, la participación y el esfuerzo, la autonomía y la autogestión. El objetivo final es que todo lo que trabajamos en las sesiones se traslade a sus vidas cotidianas. Es un proyecto donde participamos con preadolescentes, porque cuando han cumplido la adolescencia es más difícil llegar a ellos. El objetivo es llegar a edades más tempranas para evitar situaciones de exclusión social en el futuro.

Además, hacemos sesiones con deportistas o clubes deportivos: pueden ir a partidos de algún deporte o los deportistas pueden ir a sus hogares a hablar con ellos, hacer alguna actividad… Suele salir muy bien –sonríe, mientras explica la actividad. 

SUS INICIOS DEPORTIVOS

3. ¿Cómo comenzaste a jugar al baloncesto?

Iba a decir que fue mi primer deporte, pero no es verdad, aunque sí empecé desde muy pequeña. Con 6 o 7 años me apuntó mi madre, porque ella tenía claro que quería que hiciésemos deporte. Empecé jugando en el Club Baloncesto Fuenlabrada, hasta que con 16 años me fui a jugar al Movistar Estudiante. Con él jugué profesionalmente en primera y segunda división. Además, a partir de los 12 años hasta los 20 fui componente de la Selección Española de Baloncesto, hasta que se cruzó por mi vida el atletismo.

4. Un cruce que, además, fue totalmente fortuito. ¿Cómo sucedió?

Mi entrenador de atletismo, Jorge Marín, también era preparador físico del Estudiante, le conocí cuando tenía 16 años. Su hermana corría para el Club AD Maratón y me propusieron en mi último verano con la Selección Española de Baloncesto correr una carrera, porque el club necesitaba a una chica para los 400 metros.

Fue un verano bastante intenso porque corrí con el club, me clasifiqué para el Campeonato de España, me fui con la Selección al Europeo sub-20, y después fui al Campeonato de España, mi primero de atletismo, me metí en la final y quedé octava.

Soy deportista, me gusta lo que hago y tengo unas renuncias

5. Empezaste a competir a un nivel profesional desde muy joven, tanto en baloncesto como en atletismo. ¿Cómo ha sido esa experiencia para ti y tu entorno familiar?

Cuando lo pienso creo que empecé a ser profesional muy pronto, porque en el Fuenlabrada, por ejemplo, yo entrenaba todos los días y, a veces, jugaba con las de mi equipo los sábados, y los domingos con las júnior. O a veces tenía dos partidos el mismo día. Entonces, considero que desde pequeña he sido profesional porque entrenaba todos los días y muchas horasMe lo he pasado muy bien y a mi madre le gustaba mucho, se encargaba de acompañarme a todos los sitios, y lo he vivido bien.

En mi mentalidad nunca me he perdido muchas cosas; nunca he ido a viajes de fin de curso, me he perdido eventos familiares importantes… pero lo he visto como que es así y ya está. Nunca me ha pesado como para decir “dejo el baloncesto o el atletismo porque quiero ir con mis amiga a tal”. No, soy deportista, me gusta lo que hago y tengo unos sacrificios o unas renuncias, mejor dicho. Pero lo he llevado bastante bien. Sobre todo de más pequeña, de mayor sí que es verdad que he tenido momentos más duros a nivel psicológico. 

6. Durante varios años compaginaste baloncesto y atletismo. ¿Por qué decidiste dedicarte profesionalmente al atletismo, aunque hubieras comenzado en baloncesto?

Mi sueño, como el de todos los deportistas, era ir a unos Juegos Olímpicos. Con la Selección Española, aunque llevaba toda mi vida siendo internacional, veía que con la absoluta iba a ser complicado. Estuve dos años compaginando baloncesto y atletismo, pero me di cuenta que no iba a funcionar; quería hacer las dos cosas a nivel profesional, pero a medio gas.

Vi que tenía mas futuro en el sueño de ser olímpica en el atletismo y, de hecho, no me equivoqué: a los dos años de dedicarme solo al atletismo pude ir a los Juegos de Londres.

En ese momento, a mí me gustaba mucho más el baloncesto, el atletismo es un deporte muy sacrificado, muy sufrido, que está pagado de manera regular porque no tienes estabilidad económica. Fue una decisión por mi sueño.

7. ¿Consideras que en la actualidad han mejorado las condiciones en el atletismo?

Creo que los atletas estamos es una posición de bastante desprotección. Puedes seguir siendo internacional y no tener beca de la Federación Española, que suele ser, junto al club deportivo, las fuentes principales de financiación. Pero si me lesiono mañana y este año no me sale bien, voy a perder la beca.

En los clubes te suelen pagar muchas veces por bonus; tienes un fijo pequeño y luego te dan en función del rendimiento. Entonces, creo que es un deporte donde estás muy desprotegido. Si tienes suerte y patrocinadores, bien, pero si no es muy complicado.

Otro problema es que cuando yo he estado lesionada, si quieres una segunda opinión de un médico o un fisioterapeuta, te lo pagas tú. Hay atletas más veteranos que me han dicho que envidian a nuestra generación porque como hay menos dinero, estamos más centrados en formarnos.

A día de hoy, creo que son pocos los atletas que no están estudiando, trabajando o preparando su vida posdeportiva. Creo que se puede hacer mejor.

8. La formación es entonces un plan obligatorio para el futuro del atleta. Desde tu punto de vista, ¿consideras que esta necesidad de formarse es un hecho positivo?

Lo veo positivo por el hecho de estar formado, es positivo siempre estar alimentando el cerebro. En ese sentido, creo que ser deportista y tener otras inquietudes puede ayudar al rendimiento o a tu satisfacción personal. Yo he estudiado dos másteres, me gustaría hacer pronto un doctorado, sigo investigando, hago cursos…, y eso es muy satisfactorio también.

El año pasado, por ejemplo, me lo tomé más tranquilo en el ámbito académico, pero este año tengo pensado todo lo quiero hacer y creo que es guay tener esa mentalidad. Y necesario.

EXTENSO PALMARÉS

9. Has sido internacional de la Selección Española con ambos deportes, Campeona del Mundo, de Europa con baloncesto… ¿Hay alguna competición que recuerdes con especial cariño?

Con baloncesto creo que fue la segunda vez que quedamos campeonas de Europa, el sub-18 en Tenerife, porque fue una experiencia brutal. Luego en el Estudiante las experiencias han sido más de cuando subimos de segunda a primera división, a la Liga Femenina. Guardo muchos recuerdos porque jugaba con mis amigas. Era profesional, pero en el equipo estaban tres de mis mejores amigas; es algo que creo que no se puede pagar con dinero.

Con atletismo, el mejor día de mi vida, sin duda, fue la primera vez que me clasifiqué para los Juegos Olímpicos. A este año le guardo un cariño especial, en general, por lo que considero que ha sido mi crecimiento personal y mental. Aparte he hecho marca personal en pista cubierta y al aire libre, después de siete años.

Le voy a guardar mucho cariño por lo que representa: cómo no he tirado la toalla e incluso he superado el nivel que me hizo ir a mis primeros y segundos Juegos Olímpicos.

10. Comentando sobre los Juegos Olímpicos, has acudido en tres ocasiones. Entre ellas, a los de Tokio 2021. Después de tanta espera e incertidumbre, ¿cómo viviste el poder estar allí representando a tu país? 

El año complicado fue el pasado, para mí y todos los deportistas. En un deporte como el atletismo estar parado y luego volver es complicado, sobre todo, teniendo cierta edad. Yo tuve suerte porque pasé el confinamiento en Suiza y podíamos salir a la calle.

A inicios de este año teníamos la incertidumbre, pero en ningún momento puedes pensar que a lo mejor no se celebra: tienes que entrenar como si fuera a ocurrir, lo que te ayuda a estar centrado en el objetivo. Luego si no pasa, pues no pasa. Pero no puedes entrenar a medias.

La experiencia fue brutal para todos los atletas, al menos del equipo español, porque con el covid vas con miedo de qué te vas a encontrar. El ver que hay una relativa normalidad, simplemente te hacían un test de antígenos todos los días y debías llevar la mascarilla y el gel y tal, creo que hizo que disfrutáramos más la experiencia.

Han sido de lejos los Juegos que más he disfrutado, tanto a nivel de competitividad porque he sido muy competitiva las veces que he salido a la pista, como a nivel con el equipo nacional, de relevo mixto. Ha sido muy, muy guay. Es una pena que no hubiera público, pero creo que va a ser una anécdota.

11. Además, llegaste hasta las semifinales de los 400 metros, un objetivo que querías conseguir en los anteriores Juegos, e hiciste marca personal. ¿Cómo viviste ese momento?

Fue muy guay. Yo tenía mi espinita, el primer año después de Río lo pasé muy mal. De hecho, fue cuando decidí que debía hacer un cambio en mi vida y en mi forma de entrenar y demás, porque tanto en Londres como en Río rendí mucho peor que mi nivel del año y no conseguí pasar a semifinales, que era mi objetivo.

Quería ir a mis terceros Juegos y rendir al máximo nivel, que puede ser estar entre tus marcas. En las eliminatorias hice mejor marca del año y en semis, mejor marca personal.

Por primera vez, Aauri continuó compitiendo después de este importante campeonato. Una experiencia muy divertida para ella, aunque la atleta también resalta la dificultad de mantener la alimentación. “Es muy fácil que después de unos Juegos digas ‘ya está, a comer muffins cada día’ [..] pero quieres seguir compitiendo y no puedes desmelenarte“.

La madrileña hizo de nuevo marca personal en 200 y 400 metros en la competición suiza de La Chaux-de-Fonds. Sobre la última prueba que realizó, aunque la atleta afirma que salió “fatal”, asegura también que fue una experiencia inolvidable: “Mi compañera Lea Sprunger, campeona Europa en 400 vallas, se retiraba y quería hacer la Athletissima, una especie de 4×100, con amigas de otros países. Corrí con ellas y me lo pasé como una enana”. 

SALUD MENTAL EN EL DEPORTE

Aauri reconoce que con mucho esfuerzo ha aprendido a relativizar las competiciones que no han salido como hubiera querido. “Es normal, no puedes competir siempre al 100%”. También recalca la importancia de “no tirar todo el trabajo por la borda”, “porque una carrera no determina tu nivel y va a haber otra oportunidad”.

12. En algunas ocasiones hay carreras donde, aunque has dado tu máximo esfuerzo, no obtienes el resultado esperado o planeado, por motivos muy diferentes. ¿Cómo gestionas este tipo de situaciones?

Antes lo gestionaba muy mal. Desde muy pequeñita he sido muy dramática (ríe) y recuerdo que montaba unos pollos cuando perdíamos partidos importantes en baloncesto. Desde Río lo estoy trabajando con una psicóloga y en este año me estoy dando cuenta de esta gestión de “vale, es una mala carrera”, analizar qué ha pasado, por qué no ha salido bien, pero ya está.

Muchas veces los atletas, y sobre todo en el atletismo en 400, como termines una competición y te quedes solo con el error, la siguiente no va a salir bien porque pesa mucho. En un 400 hay una parte muy psicológica durante la carrera, cuando te llega ese cansancio elástico de no poder más.

Muchas veces digo que pinchas antes de cabeza que de piernas; la cabeza te dice que no puedes antes que tus piernas, por la exigencia de la prueba. Este año lo he llevado mucho mejor, pero me ha costado.

13. A raíz de Tokio 2021 se ha vuelto a debatir sobre la importancia de la salud mental en el mundo deportivo. Como profesional del deporte, ¿cómo puede afectar a tu persona y qué debes tener en cuenta para cuidarla?

Y cómo te cuidan los demás, tu entorno más cercano. Se está hablando mucho de salud mental, sobre todo por Simon Biles, y me parece fundamental hablar de ello, que deje de ser un tabú. La gente se intenta cuidar físicamente y tienes que cuidarte mentalmente; ordenar las cosas que estén desordenadas en tu cabeza. No todo el mundo lo tiene que hacer, pero se puede hacer con un profesional, yo considero hay personas que lo necesitan más que otras. Yo he sido una de las que lo ha necesitado.

Es normal pensar que es importante estar bien, cómo afrontas las situaciones de estrés, la frustración, cómo te pesa lo que los demás piensen de ti. Cuando hice marca personal me pusieron un comentario: “te lo debías, nos lo debías”. Yo correr rápido no se lo debía a nadie, ni a mi misma siquiera.

La gente pone mucha presión y mete expectativas. Tienes que aprender a cómo abstraerte, que no te pese: que lo haces principalmente por ti, no para demostrar nada a los demás.

Algo que me pareció muy curioso fue la renuncia [a los Juegos] de una atleta belga de 400 metros publicada en sus redes. Las últimas semanas había estado lesionada, pero también fue por el peso de lo que estaba sufriendo mentalmente. Me pareció muy curioso porque le estaba yendo muy bien y tenía muchas posibilidades en los Juegos dentro de su nivel.

Cuando estás mal y no te salen los resultados, obviamente se entiende que psicológicamente no estás bien; pero incluso cuando te están saliendo bien, a tu cuerpo y tu mente también les cuesta procesar todo eso, tener la energía para competir y cumplir las expectativas de los demás.

14. Ahora te encuentras en Suiza. ¿Has observado diferencias respecto a España, tanto en la forma de entrenar como en la cobertura de los medios?

Cuando vine me llamó la atención las buenas condiciones de entrenamiento que tenemos en Madrid. En Lausana (Suiza) el grupo de entrenamiento que tenía, aún siendo muy bueno, se iba lejos a entrenar porque las instalaciones no estaban preparadas para el invierno.

Pero lo que hacen muchos países europeos es irse a entrenar a sitios con muy buen tiempo. Con mi entrenador íbamos a Sudáfrica durante un mes y, una vez al año, íbamos a Belek en Turquía, donde hay un pequeño centro de alto rendimiento.

A nivel de profesionalidad, me parecía muy alta la implicación de los deportistas de irse cada cierto tiempo solo para entrenar. Algo que también me llamó mucho la atención de mi entrenador es cómo está abierto a hablar con otros entrenadores y atletas.

Creo que en España los últimos años se hace más. Es esa cooperación de ‘no me importa decirte qué hago con el resto de mis atletas’, aún con la posible competencia de otro grupo que hace lo mismo.

Tenían la mente más abierta para probar cosas. Una de las razones por las que dejé de entrenar en Madrid es que me resultaba muy monótono. Hubo un momento en que pensaba que no quería hacer atletismo, porque ya sabía qué iba a hacer y […] tu cuerpo y tu mente lo rechaza.

Cuando fui por primera vez a entrenar con este grupo, no tenía en mi pensamiento cambiarme. Me dejaron irme a entrenar 3 semanas con ellos a Sudáfrica y me pareció increíble la cantidad de ejercicios que se podían hacer; ver que tu rendimiento solo depende de ti y cómo puedes ser rival en los 100 metros lisos y luego ser compañeras en el relevo. 

15. ¿Qué le dirías a una niña que quiere comenzar en atletismo para animarla?

Por sus edades, yo primero animaría a sus padres. Les hablaría de todos los beneficios del deporte para los niños: salud, disciplina, comprometerte con un equipo para ir ‘x’ días de la semana a entrenar, la diversión, el ocio… El ayudarte incluso a saber relacionarte en un pequeño grupo, que luego te sirve para saber desenvolverte en el mundo real.

A los niños, les preguntaría qué les gusta y les diría que pueden divertirse mucho haciendo deporte. Algo que creo que hacemos mal es enfocarnos en que sean buenos en el deporte, cuando de pequeño tienes que aprender y pasártelo bien.

 

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